Una planta fotovoltaica establece numerosas interacciones con otras partes interesadas: bancos, compañías de seguros, el gobierno, los compradores de energía y los reguladores de energía, así como las autoridades fiscales y financieras. Una colaboración eficaz con todas estas partes requiere conocimientos técnicos, comerciales, financieros y jurídicos con los que cuenta la empresa o, en el caso de los sujetos fiscales y jurídicos, contratos con terceros debidamente reconocidos.